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«Me arriesgué y renuncié a mi trabajo para dedicarme a la música»

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L-Gante se va ganando su lugar en la escena musical. Habla de su estilo, sus sacrificios y sus ganas de triunfar.

Hoy por hoy es muy difícil encasillar a los artistas en un género determinado, básicamente porque van, vienen, coquetean con un ritmo, vuelven con otro y así sucesivamente. Ese es el caso de L-Gante que, en el medio de su consolidación como artista de primera línea, se define a sí mimo como cumbiero.

Pero, ¿ L-Gante es un cumbiero o reggaetonero? Él mismo responde a esa pregunta: «Yo soy cumbiero, no hay otra forma. Siempre me gustó la cumbia, siempre pensé: ‘¿Tan difícil es tener un estilo más de acá de Argentina?’, porque lo que siempre me pareció es que como que imitaban música de las culturas extranjeras. Y yo insistía, insistía, quería mezclar, era un objetivo digamos, que el reggaetón suene como la cumbia acá en Argentina».

Lo cierto es que a L-Gante, que tuvo una explosión viral tan genuina como veloz, no se lo conoce demasiado personalmente, pero el próximo 5 de abril va a cumplir 21 años y desde los 13 que se idealiza dedicándose a la música. «Soy de rebuscármela. Quería tener un estudio… a partir de los 13 ya tenía ese ideal y aprendí a grabarme solo. A los 13, 14 ya estaba a pleno: escuchaba rap… de acá de Argentina escuchaba mucho, después empecé a escuchar reggaetón y ya estaba re informado. Siempre me gustó seguir la movida y estar atento a todo».

Actualmente vive con su novia y con su madre, quien, ante la ausencia de un padre («no lo conozco nada, lo vi una sola vez»), tuvo que ocupar ambos roles: «Como mi viejo nunca estuvo, con mi mamá me cagaba de risa, no había quien me ponga los puntos… entonces eran las 12 de la noche, tenía 11 años y andaba por la calle. Me acuerdo de que íbamos a caminar por todo Rodríguez con amigos, tirábamos piedras… desastre mal. Varias veces nos agarró la policía… mi mamá de buena onda entiende todo eso».

Como muchos artistas nuevos, L-Gante empezó a grabar sus tracks con las computadores que otorgó el Gobierno en el marco del plan Conectar Igualdad. A sus 15 años, ya se juntaba con el productor DT Bilardo a hacer sus movidas: «Yo me grababa con la netbook que dieron del gobierno, el micrófono, pero nunca había ido a un estudio, entonces empecé a buscar y ahí encontré al loco este, que te hacía una pista y te cobraba la edición de master y voces. A mi mamá le costaba pagar eso, después ya no me cobró más mi productor: apostó a mi».

Hoy, «L-GANTE RKT» cuenta con más de 86 millones de reproducciones en YouTube y fue el caballito de batalla de L-Gante para terminar de darse a conocer e instalarse como alguien a ser tenido en cuenta, pero… ¿cómo se ideó esta pieza? Primero que nada, para costear el videoclip tuvo que salir a vender tapabocas con el logo de Cumbia 420 por las calles de General Rodríguez.

L-Gante vive su explosión musical en este 2021.

«Con Papu DJ hablamos por Instagram, hablamos por WhatsApp, queríamos hacer un tema, me pasó la pista, esa pista de la RKT, yo la veía como sencilla. Me puse a hacer el tema y fue como medio difícil de pensar: yo le buscaba la vuelta y le buscaba la vuelta, arrancar con algo pegadizo. Arrasé con el diálogo argentino, mal, que no era lo que yo estaba intentando meter en el tema, pero ya fue», cuenta.

Y aprovecha para enviar un mensaje motivador: «Mirá, para que sepan los pibes que les gusta la música y tienen objetivos similares: mi micrófono vale $1000 y lo hice con la computadora de gobierno. Parece que necesitas grandes cosas, pero no».

Ahora, L-Gante se encuentra en un momento de pleno esplendor musical, pero está a la espera de su primer hijo y el trabajo, en sus palabras, cuesta: «A mi mamá le gustaría ser abuela y yo le doy para adelante. La experiencia la ganás recorriendo, perdiendo y, si ganás, joya. A veces adquirís mejor triunfo perdiendo… es algo que me sirve porque me va a rescatar, no voy a cachivachear. Voy a tener que ser responsable. No puedo andar con fierro y caer en cana si va a estar esperándome mi hijo».

Y sigue: «Siento que lo logré, y bastante temprano. Hay muchas cosas más por recorrer, pero ya es una baaanda… yo iba en colectivo a las 5 AM a trabajar, pero a la vuelta, a las 3 de la tarde, aunque hacía calor, volvía caminando y eran como 40 cuadras… aprovechaba ese viaje para ir pensando, analizando, lo que iba a hacer con mi proyecto, mi música… en ese camino pensaba todo».

https://www.youtube.com/watch?v=SacHyFb_j1o

*Esta entrevista fue publicada originalmente en Filo.News (18/03/2021)

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