El 23 de septiembre de 1947 fue sancionada la Ley 13.010 del voto femenino que permitió a todas las mujeres argentinas mayor de edad ejercer el derecho a votar y a ocupar cargos políticos.
A lo largo de la historia fue uno de los primeros objetivos de los movimientos feministas de mediados de siglo XIX y comienzos de siglo XX.
Proceso histórico en el país:
Desde principios de siglo XX, militantes feministas como Alicia Moreau, Sara Justo, Julieta Lanteri y Elvira Rawson de Dellepiane lucharon por el derecho a votar. Mientras, Julieta Lanteri fue la primer mujer en Argentina y Latinoamérica en estar empadronada y votar.
En 1911, la Municipalidad de Buenos Aires organizó elecciones para concejales. Los requisitos para votar eran: ser ciudadano mayor de edad, saber leer y escribir, ejercer alguna profesión y tener domicilio en la ciudad de votación. Al no ver restricciones de sexo, Lanteri logró empadronarse y votar el 26 de noviembre en el atrio de la Parroquia San Juan Evangelista de La Boca.
El hecho trascendió en los medios de comunicación de la época y el Concejo Deliberante local sancionó una ordenanza que establecía que el padrón debía extraerse del registro del servicio militar, es decir, excluía a las mujeres. Entonces, la mujer pidió integrar las Fuerzas Armadas pero su solicitud fue denegada. Sin embargo, el primer proyecto de sufragio femenino fue presentado por la diputada santafesina Rogelio Araya en 1919. Sin embargo, no tuvo éxito.
Durante las elecciones de 1946, el peronismo y opositores propusieron el proyecto del voto femenino. Tras la Presidencia de Perón el proyecto fue enviado al congreso, donde sancionaron la ley 13.010 de sufragio femenino el 23 de septiembre de 1947.
«Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar», afirmó Eva Perón, una de las principales impulsoras del proyecto.



