Son investigadores de la UNC y el Conicet que crearon «Nanotransfer», una empresa de base biotecnológica para el tratamiento de fibrosis quística, piel de cristal y hemofilia.
Luego de un largo tiempo de investigación y desarrollo, Carla Giacomelli y Cecilia Vasti, dos investigadoras del Conicet y de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) fundaron «Nanotransfer» una empresa que desarrolla un sistema alternativo para tratar enfermedades genéticas como la fibrosis quística, la piel de cristal y la hemofilia.
Esto consiste en utilizar esas nanopartículas de óxido como un vehículo para llevar, hasta las células afectadas, un fragmento modificado de ADN (ácidos nucleicos) que permita corregir esa labor defectuosa.
La idea, entonces, es desarrollar agentes de transfección (el proceso por el cual se introducen ácidos nucleicos en las células) para terapias génicas. En el mundo, una de cada 15 personas está afectada por enfermedades genéticas.
El desarrollo de las terapias génicas se encuentra limitado en la actualidad, por lo que de 10 mil enfermedades genéticas que están descriptas hasta la actualidad, sólo hay 45 terapias génicas aprobadas.
“En Nanotransfer buscamos romper el cuello de botellas de las terapias génicas, desarrollando un sistema de delivery alternativo a los que se utilizan actualmente, basándonos en nanotecnología para poder generar más y mejores curas para las enfermedades genéticas”, explicó Cecilia Vasti.
La startup se creó en diciembre de 2021. Desde entonces, se realizaron ensayos en vivo de bioseguridad y se logró una patente provisional en Estados Unidos, dos requisitos exigidos por los fondos inversores.
Las investigadoras fueron acompañadas por el equipo de gestión de la Secretaría de Innovación y Vinculación Tecnológica: pasó por el Programa de Valorización del Conocimiento, la Oficina de Patentes, y actualmente está incubada en la Incubadora de Empresas UNC.
La Universidad Nacional de Córdoba, a través de esta secretaria, promueve el vínculo continuo entre grupos de investigación de las facultades e institutos de la universidad, el Estado y las empresas, a través de una activa participación en emprendimientos de base tecnológica, como también en aquellos que tiendan a la solución de problemáticas sociales.
“Lo que más les motiva a los investigadores es que sus investigaciones, que llevaron tanto tiempo y esfuerzo para el desarrollo, puedan ser aplicadas a la comunidad”, destacan desde la SIyVT.