Debido a la alta demanda de repelentes de mosquitos por la epidemia de dengue, comenzó la escases del producto. Además, lo poco que se consigue es a precios irrisorios y con valores totalmente distinto en diferentes comercios, supermercados o almacenes.
Germán Daniele, presidente del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Córdoba, indicó que “no hay referencia de precios porque no hay nada de stock en los distribuidores”.
A su vez, por parte de la principal fábrica proveedora de las marcas más demandadas no se ha movido el precio. Es así que existen distintas variables por las que no se podría aumentar el valor del producto solo por la “alta demanda”.
Es asique, los que disponen de repelentes es porque generalmente lo consiguen bajo algún intermediario o distribuidora y no se realizan compras directamente a las fábricas que los elaboran. Esto genera una distorsión en el precio y provoca que el que dispone del producto pueda elevarlo o que de costo lo consiga a un valor ya muy elevado.
Incluso, ante la gran demanda de repelentes y la escasez del producto en todas sus versiones, algunas farmacias de barrios comenzaron a implementar listas de espera. Esta medida es para que sus clientes y afiliados puedan disponer de los productos con cierta “exclusividad”.