6 Nov 2025, Jue

La mañana del 29 de Mayo, allá por el año 1969, definitivamente no sería una más para la historia de Córdoba y del país. Ese día comenzaría a gestarse una de las luchas populares más recordadas de la historia.

Frente al gran descontento de la clase trabajadora, las dos CGT nacionales llamaron a un cese de actividades en todo el país. El reclamo se basaba en que el dictador Juan Carlos Onganía se negaba a restablecer las actualizaciones salariales, que habían sido suspendidas dos años atrás, en 1967.

Los estudiantes, por su parte, venían reclamando y movilizándose por las intervenciones que realizaba el gobierno de facto en las universidades.

Agustín Tosco a la cabeza,  junto a Atilio López, Elpidio Torres y a las convergencias estudiantiles comenzó, un día antes de lo convenido, la marcha que sería el principio del fin de aquella dictadura. Tras la represión policial para evitar la llegada a la plaza San Martín de los manifestantes, la protesta se generalizó y se desató un espiral de violencia.

La policía se vio desbordada frente a las más de 50 mil personas que a esa hora se habían volcado en masa a las calles cordobesas. Tras la represión desmedida que culminó con la muerte del obrero Máximo Mena, la revuelta popular era incontrolable. Los vecinos de los barrios que, acercándose la noche, se volverían epicentros de la protesta son Clínicas, Alberdi, San Martín y Nueva córdoba. De ahí proveían a los estudiantes de muebles viejos, colchones y cualquier objeto que sirviese para armar barricadas frente al avance de las fuerzas militares que, para ese entonces, ya habían desembarcado en la ciudad.

Para el domingo 1 de junio el ejército ya había tomado el control de la ciudad, dejando un saldo de cientos de dirigentes sindicales y estudiantes detenidos, entre ellos Agustín Tosco, quien sería enjuiciado y condenado en menos de 24 horas por un tribunal militar.

La capital cordobesa había quedado devastada, postales apocalípticas eran la evidencia de la magnitud que había tenido esta revuelta popular. En los barrios el clima era triunfalista, los vecinos y vecinas no lo sabían, pero ese era el comienzo del fin para la dictadura de Onganía.

Por Agustín Pajón

Fundador y director de boomerang_net Soy community manager y diseñador gráfico. Me gusta sacar fotitos. A veces hablo de política, cuando me enojo.